Ingeniera Agrónomo, Blanca Gutiérrez
"Desde la academia promovemos logros y desafíos del semiárido larense"
-Ante el calentamiento global las áreas xerófilas son laboratorios de estudios debido a su desarrollo y capacidad de adaptación del ecosistema a condiciones extremas.
(Prensa Uptaeb)-. Las zonas áridas en el territorio nacional representan un 4.5%, pero en el caso del estado Lara parte de su territorio es de 70 a 72% semiárido. Esta zona se destaca por su historia, capacidad de adaptación a las condiciones climáticas y su ecosistema único de este bolsón xerófilo.
La ingeniera Blanca Gutiérrez y Jefa del Programa Nacional de Formación en Sistemas de Calidad y Ambiente (Pnfsca) de la Universidad Politécnica Territorial Andrés Eloy Blanco (Uptaeb) indicó que para definir el semiárido se debe tener en cuenta que “es un ecosistema en déficit, porque la precipitación de lluvia que cae en ese territorio es dos o tres veces menor que lo que se evapora”.
Sin embargo, la zona es fuente de estudios ambientales de gran interés debido a su capacidad de adaptación a condiciones extremas. –Al respecto- hemos unidos esfuerzos en investigaciones para preservarlo y fortalecerlo, y desde la academia promovemos logros y desafíos del semiárido larense, apuntó Gutiérrez
Semiárido en el aula
Las UPT son diseñadas para contribuir con el desarrollo sostenible de su área de influencia, expresado así en su encargo social, y formular respuestas a través del conocimiento científico a problemas del territorio. En este sentido, el Pnfsca es la única carrera del país que forma a profesionales capacitados para aplicar soluciones operativas y planificadas para mejorar la calidad y el ambiente en el proceso de la producción.
“El semiárido es parte de nuestra formación académica. Esta ingeniería aborda diferentes rubros, establece en el proceso la visión del ciclo de vida de la producción: ¿de dónde viene el producto? y ¿si el manejo del mismo perturbar o no el ambiente?, estos aspectos fortalecen los procesos que puedan mantener la sostenibilidad de la zona xerófila, minimizando el impacto negativo en el proceso o acción que ahí se realiza”.
Suelo árido, productivo y de exportación
La principal característica de este suelo es arcilloso y pedregoso, sin embargo, el ecosistema es bondadoso, la agricultura en la siembra de melón, piña y patilla, entre otros, son aportes en la producción nacional para el consumo del venezolano.
Asimismo, la dinámica caprina es de alta demanda; el chivo, ovejo y cabra, así como su derivado en lácteos (quesos y sueros) es parte de la ingesta del larense, y la autenticidad y característica en lo gastronómico de la región.
La docente Gutiérrez, también cursante del Doctorado de Ambiente y Desarrollo, menciona que la flora caracterizada de sábila, cocuyes, cardón y piña son plantas adaptadas a este ecosistema de gran valor de exportación.
“Por ejemplo el acíbar (líquido) derivado de la sábila y usado para la medicina y cosmética es exportado, de igual manera, nuestro famoso cocui, licor destilado sacado de la planta del agave. En la actualidad es reconocido nacional e internacionalmente y cuenta con una identidad territorial, una Indicación Geográfica Protegida (IGP) signo distintivo que otorga el Servicio Autónomo de la Propiedad Intelectual (SAPI)”, apuntó
¿Por qué querer al semiárido?
Los estados Lara y Falcón comparten el semiárido, territorio que necesita apoyo contundente para el desarrollo de la sostenibilidad. Por ello, el Estado debe cumplir con políticas más rigurosas en materia ecológica, economía y social, la ejecución de planes actualizados para la protección y conservación de su equilibrio natural, pues en su biodiversidad existen especies únicas, endémicas.
-La biorregión caracteriza al Centroocidente del país en su carga ancestral e histórica, de sus elementos está nuestra identidad, en lo territorial, gastronómico y cultural, aspectos que hace que la Uptaeb diseñe con los PNF en Agroalimentación y Turismo proyectos que impulsen el semiárido, como área de interés, de producción y agroturismo para el país, concluyó la ingeniera Blanca Gutiérrez.